Las campañas electorales pueden parecer un circo, pero cuando se trata del voto y los derechos de los ciudadanos, la situación se vuelve muy seria. Si te digo que estamos en una nueva campaña en la que se arma un show con el miedo al «voto ilegal» de inmigrantes, quizás pienses que exagero. Pero, querido lector, lo que está sucediendo es digno de un guion de Hollywood —sin los efectos especiales, pero con mucho drama en la vida real—.

Un anuncio intrigante: “el voto es un derecho sagrado”

Imagina que te sientas a ver la televisión un tranquilo domingo por la tarde. Todo parece normal, hasta que te topas con un anuncio que empieza a sonar bastante familiar. Tiene una voz profunda que asegura que “el voto es un derecho sagrado”. Perfecto, parece un mensaje positivo. ¡Anímate, ciudadano estadounidense! ¡Ve y regístrate para votar! Pero, espera… apenas 13 segundos después, el tono cambia drásticamente. “Es ilegal que los no ciudadanos voten en las elecciones federales…” El anuncio, que parece un recordatorio cívico, se convierte en una advertencia que suena como una amenaza.

Aquí es donde la narrativa comienza a tomar un giro oscuro. Este anuncio fue lanzado por Article III Foundation, una organización con fuertes lazos al expresidente Donald Trump, y su mensaje es claro: “No te atrevas a votar si no eres ciudadano.”

La estrategia de miedo: ¿realmente hay una amenaza?

Si buscas en los registros, descubrirás que no hay evidencia que respalde la afirmación de que los inmigrantes indocumentados representan una amenaza para el proceso electoral en EE. UU. Pero, eso no importa, porque después de ocho años repitiendo el mismo mantra, un alarmante 51% de los votantes creen que este fantasma es real. Imagina que entras a un bar y has escuchado la misma historia de terror tantas veces que al final terminas preguntándote si realmente hay algo que temer. “¿Y si es cierto que los fantasmas aparecen en Halloween?”

Por supuesto, no queremos vivir en un estado de paranoia perpetua, pero el Partido Republicano ha hecho de esta táctica una de sus estrategias electorales más efectivas. Las encuestas muestran que hasta un 82% de los republicanos sienten que el voto de personas que no son ciudadanos representa una posible crisis electoral. ¡Hablo de un miedo que se convierte en movimiento social!

La historia de Trump: un ciclo que nunca termina

Desde que Trump irrumpió en la escena política, ha hecho de la retórica sobre el “voto ilegal” su caballito de batalla. Recuerdo haberlo escuchado durante sus discursos de campaña en 2016. En ese momento, yo pensé, “Este hombre está exagerando.” Pero no, ese fue solo el comienzo de un ciclo que ahora se repite una y otra vez.

En 2020, Trump continuó con sus alegaciones infundadas de fraude electoral, que culminaron en el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021. ¿Te imaginas vivir en un momento histórico donde el miedo a perder ha llevado a un grupo a cuestionar la misma esencia de la democracia? Y aquí estamos, a menos de dos meses de nuevas elecciones, y el mismo fantasma sigue flotando.

Un nuevo anuncio y más del mismo miedo

El anuncio se proyecta en estados clave como Arizona y Nevada. No es solo un anuncio; es un recordatorio de que el miedo puede ser una herramienta utilizada para alterar el comportamiento electoral. La narrativa de «no votes si no eres ciudadano» no solo se usa para desincentivar a los inmigrantes indocumentados, sino que se convierte en una sombra que afecta a los votantes latinos libres de estatus migratorio incierto.

¿Está bien usar el miedo para influir en el comportamiento electoral? Eso es un dilema ético. Con el tiempo, esta estrategia puede erosionar la confianza en el proceso electoral. Si las personas sienten que puedan ser arrastradas por el miedo al rechazo social o daño a su estatus, no les sorprenderá que decidan quedarse en casa el día de las elecciones.

Los efectos en la comunidad latina

Imagínate, si eres un inmigrante latino que ha trabajado arduamente por obtener la ciudadanía, escuchando este tipo de anuncios y quizás sintiendo que tu viaje podría ser en vano porque “no importa quién seas, todos somos sospechosos” en esta narrativa. Puede dar miedo. La comunidad latina, compuesta por ciudadanos y no ciudadanos, siente el impacto de esta campaña, y eso me preocupa.

Las familias de estatus mixto se ven particularmente afectadas. Según el abogado Cesar Ruiz, muchas veces, estos mensajes pueden generar ansiedad entre los votantes latinos, llevándolos a cuestionar su derecho a participar en el proceso electoral. Tal vez esta es una de esas ocasiones donde el crédito social que a algunos se les otorga, a otros les es negado por la sola naturaleza de su apellido.

Datos que no mienten: el fraude electoral es un mito

Las cifras no mienten. Según un informe del Brennan Center, en 42 jurisdicciones que representan más de 23,5 millones de votos, solo se encontraron 30 casos de presunto voto de no ciudadanos. Eso es como encontrar tres agujas en un pajar de 23 millones. Y de hecho, una auditoría en Georgia mostró que, entre 1997 y 2022, ningún no ciudadano pudo registrar su voto.

Sin embargo, las narrativas persistentes invierten la carga de la prueba. Trump y sus aliados han presentado múltiples demandas en estados con alto porcentaje de votantes latinos, como Texas y Arizona. Es un ciclo de victimización: “Si pierdo, es porque el fraude está entre la multitud”.

La represión y el sufragio: ¿Es la democracia un juego justo?

Cuando una estrategia de miedo es empleada, puede llevar a la represión de un grupo completo. Las organizaciones que defienden el derecho al voto advierten que endurecer los requisitos de prueba de ciudadanía puede obstaculizar la participación electoral. Discriminación por omisión, si tienes la libertad de votar pero sientes que podrías estar en riesgo, ¿realmente te atreverías a ejercer ese derecho?

La realidad es que, mientras el miedo se apodera de algunos, los votantes que realmente pueden marcar la diferencia deben ser educados sobre sus derechos. En la misma línea, la educación electoral se convierte en un acto de resistencia. “¿Quieren que tengamos miedo? ¡Nosotros vamos a votar!”

Conclusiones: el futuro del voto

La situación no es sencilla; es un poco como intentar desmadejar un ovillo de hilo: por cada vuelta que des, el hilo se vuelve más enredado. Lo que está en juego es más que una elección; se trata de la validez de nuestro proceso democrático y del respeto a los derechos de todos los ciudadanos.

Así que, la próxima vez que escuches un anuncio que suene como una advertencia del apocalipsis electoral, toma un segundo para reflexionar. En lugar de dejar que el miedo controle tu acción, usar ese impulso para asegurarte de que tu voz (y la voz de todos los ciudadanos) sea escuchada puede ser la mejor respuesta a esta travesura política.

En un mundo donde los anuncios se convierten en armas de desinformación, recordemos: el verdadero poder reside en el voto. Entonces, ¿te atreverás a levantar tu voz por el cambio? Porque, en este juego del miedo, la única respuesta digna es ir a las urnas y demostrar que el miedo no tiene cabida en nuestra democracia.

Así que, amigos, antes de que se acabe el tiempo, ¡regístrate para votar! Y no olvides invitar a tus amigos; a veces, un café y una charla previas a las elecciones pueden ser todo lo que se necesita para encender la llama del cambio. ¡Hasta la próxima!