La nueva temporada de alpinismo en el Himalaya ha traído consigo un aire de aventura que emociona y fascina a los entusiastas de la montaña. Sin embargo, este año ha estado marcado por grandes logros y, lamentablemente, tragedias que nos recuerdan la precariedad de la vida en las alturas. Entre estas historias de triunfo y pérdida, se destaca la expedición de un intrépido equipo femenino de alpinistas eslovenas, cuyas hazañas en el Valle de Lalung nos dejan lecciones valiosas sobre la perseverancia y la conexión con la naturaleza.

¿Listos para embarcarse en esta aventura? Abróchense los cinturones y acompáñenme a explorar el viaje de estas valientes montañistas, el fondo de su historia y, por supuesto, los entrañables encuentros con la fauna del lugar.

Un equipo excepcional con un objetivo claro

A finales de agosto de 2024, las eslovenas Anja Petek, Patricija Verdev, Ana Baumgartner y Ursa Kesar se embarcaron en una de las expediciones más emocionantes del otoño. Con una mezcla de entusiasmo y nerviosismo, partieron hacia el Himalaya indio, específicamente hacia el Valle de Lalung, una zona conocida por ser casi inexplorada. ¿No es fascinante pensar en la idea de pisar una tierra donde pocos han estado antes? Admiro profundamente a quienes se arriesgan a hacer esto.

Yo también recuerdo la primera vez que me fui de trekking por un sendero que nunca había explorado. Había algo en el aire, una mezcla de inocente emoción y un leve temor a lo desconocido. Las eslovenas vivieron esa misma aventura, pero a una escala totalmente diferente.

Conoce a las alpinistas

  1. Anja Petek: Una de las escaladoras más fuertes de Eslovenia, con una carrera ya adornada por ascensos impresionantes en lugares tan lejanos como Kirguistán y Perú. Además, se desempeña como psicoterapeuta. Con este pasaporte emocional, estoy seguro de que quería ayudar a su equipo a mantenerse motivado frente a los desafíos.

  2. Patricija Verdev: Con experiencia en los Alpes y los Tatras, es ingeniero agrónomo y también organizadora de la expedición. Así que, si el equipo aguanta hambre, será culpa de la desafortunada logística.

  3. Ana Baumgartner: Apenas está a un paso de completar su doctorado en farmacia. Creo que, de haber tenido un amigo médico, él no habría dudado en prescribirles algunas pastillas para el resfriado antes de escalar.

  4. Ursa Kesar: Con experiencia en los Andes y picos de Kirguistán, ha finalizado su tesis en biomedicina. ¿Se imaginan las charlas en la tienda de campaña? Entre montañismo y farmacéutica, una mezcla perfecta de aventura y ciencia.

Con un currículo impresionante, estas mujeres estaban listas para enfrentar los desafíos que el Himalaya les presentaría.

El valle de Lalung: Un lugar casi desconocido

El Valle de Lalung es una región que, hasta la llegada de estas eslovenas, tenía poca visibilidad en el mapa del alpinismo. Los porteadores locales, al llevar a las escaladoras hacia el campamento base, no sabían con certeza a qué altura llegaría el campamento. Aquel aire de misterio en torno al destino les dio un toque mágico a sus días de aclimatación.

¡Vaya que desesperante debe ser no saber exactamente a dónde te lleva el camino! En varias ocasiones, he tenido que confiar en las instrucciones de alguien que parecía tan perdido como yo. Pero, a pesar de las dudas, las eslovenas estaban decididas a abrir nuevas rutas y a romper límites.

La conquista de rutas nuevas: una historia de perseverancia

El espíritu explorador del equipo no tardó en traducirse en logros increíbles. Tras aclimatarse, el 31 de agosto, Petek y Verdev abrieron una nueva ruta de 1,400 metros en un pico sin nombre de 5,332 metros en un tiempo asombroso de 15 horas. ¿Se imaginan lo que es escalar durante ese tiempo? Me cansé solo de pensarlo.

El 10 de septiembre, Baumgartner y Kesar se lanzaron a abrir una ruta más de 800 metros en el mismo pico. Pero eso no fue todo; tres días más tarde, volvieron a destacar con otra ruta desafiante de 670 metros. Uno pensaría que ya estaban exhaustas, pero parecen tener más energía que jóvenes en un concierto de su banda favorita.

Primeras ascensiones y desafíos en el camino

El 9 de septiembre, Verdev y Petek lograron una hazaña notable: la primera ascensión de Lalung I, que se eleva a 6,243 metros, a través de la arista Este. Este pico había sido desafiado anteriormente, pero su terreno se había considerado demasiado difícil. La perseverancia de estas escaladoras nos recuerda que no hay nada imposible si nos manejamos con determinación.

La primera ascensión fue todo menos fácil. Encerradas en una tormenta en la arista durante dos días, decidieron escalar de noche. ¿Alguna vez han hecho algo a media noche que no se les ocurra a otros? Es una experiencia más extraña y a la vez emocionante, como intentar encontrar el camino en la oscuridad de un pasillo desconocido.

A solo cien metros de la cima, mientras armaban su pequeño refugio, se encontraron con un viento tan fuerte que destrozó los postes de su tienda. Y yo pensaba que mi perro era travieso cuando le robaba mis calcetines.

Finalmente, tras despertarse en medio de una densa niebla, el sol se hizo presente y les otorgó la visibilidad que necesitaban. El fantástico momento de coronar la cumbre fue un testimonio de su determinación.

Un encuentro inesperado con la fauna local

No obstante, la expedición no estaría completa sin mencionar la notable presencia de osos en la región. Resulta que el Valle de Lalung no solo albergaba montañas indómitas, sino también a unos peludos visitantes bien alimentados. Al principio, las eslovenas intentaron ahuyentar a estos intrusos, pero la situación se les fue de las manos; los ursos volvieron no una, sino ¡nueve veces!

Imaginen el caos en el campamento: mientras las eslovenas intentaban organizar sus rutas, los osos pensaban que estaban de picnic. Me resulta divertido pensar en la idea de un oso que se roba la comida. Es casi como ver una película de comedia. Y si alguna vez Grizzly Adams hubiera tenido una familia, seguro se habrían reído hasta las lágrimas. Este encuentro animal les enseñó, entre otras cosas, a mantener la comida bajo llave.

Conclusiones y reflexiones sobre la aventura

Después de abrir cuatro nuevas rutas y haberse enfrentado a desafíos inimaginables, el equipo esloveno decidió dar por concluida su expedición. No solo habían dejado su huella en las montañas, sino también un espacio para que los osos del Himalaya disfrutaran de su hogar. La responsabilidad hacia la naturaleza y hacia su propia seguridad fue una parte fundamental de su decisión.

Como amante de la naturaleza, no puedo evitar sentir admiración por actos como este. Hay un toque poético en volver a dejar que la naturaleza recupere el espacio que le pertenece, especialmente después de haber tenido una experiencia tan enriquecedora en ella.

A lo largo de esta historia, podemos reflexionar sobre el equilibrio entre la aventura y el respeto por el entorno natural. Las eslovenas nos han mostrado que la alpinismo no solo se trata de alcanzar cumbres, sino también de ser conscientes del lugar en el que estamos y las decisiones que tomamos.

¿Y tú? ¿Te atreverías a conectar con las alturas? ¿Cuál sería tu objetivo en un lugar remoto y poco conocido? Siempre es emocionante pensar en las posibilidades de aventura que esperan ser exploradas.

Las valientes alpinistas eslovenas no solo desafiaron las montañas del Himalaya, sino que también demostraron la fuerza de la colaboración, la determinación y, sobre todo, el valor de cuidar nuestro planeta. En su viaje, nos invitan a todos a explorar, poner un pie en la aventura y, al mismo tiempo, mirar con gratitud y respeto a los tesoros que la naturaleza nos ofrece.