La noticia nos ha dejado a todos un poco desolados. Lola Cordón, una de esas figuras que brillan con luz propia en el mundo del espectáculo, ha fallecido a los 88 años en Jávea, Alicante. No se trata solo de un número; es la raíz de toda una vida dedicada a la actuación, un arte que ella adoraba desde que era niña. ¿Quién no se siente un poco huérfano cuando se despide de una estrella que iluminó su infancia y juventud?

Recordando los inicios de una estrella

Lola Cordón, vasca de nacimiento y valenciana de corazón, comenzó su carrera en el Teatro Universitario en Valencia. A una edad tan temprana como seis o siete años, mientras otros niños jugaban a la pelota, ella se dejaba cautivar por las luces del escenario. ¿Te imaginas? Ir a ver obras de teatro con tus padres, sintiendo un cosquilleo en el estómago al ser testigo del maravilloso mundo de la actuación. Esa fascinación la llevó, años después, a trabajar con directores de la talla de Pilar Miró en películas como Gary Cooper, que estás en los cielos (1981) y Werther (1986).

Hablando de experiencias, yo también recuerdo cuando vi por primera vez a una actriz brillante en el escenario de un pequeño teatro. La forma en que se entregaba, cómo sus emociones podían hacerme reír o llorar en cuestión de segundos. Entiendo perfectamente ese amor que Lola sentía por su oficio.

Una carrera llena de exitosas producciones

Lola Cordón no solo fue una estrella del teatro; entre su legado se encuentran series que marcaron un antes y un después en la televisión española. ¿Recuerdas alguna vez te quedaste pegado a la pantalla viendo Querido maestro o El internado? Su talento y carisma hicieron que nos sintiéramos más cerca de los personajes que interpretaba.

A lo largo de los años, sus actuaciones en producciones cinematográficas y teatrales le abrieron las puertas de la fama. Desde la comedia juvenil Fuga de cerebros (2009) hasta la premiada película Diecisiete (2019), dirigida por Daniel Sánchez Arévalo, cada uno de sus papeles fueron una nueva oportunidad para deslumbrar y dejar huella.

La última joya de su carrera

En el mundo del cine, todos sabemos lo cruel que puede ser el tiempo. Las oportunidades vienen y van, el escenario cambia y a veces las estrellas se desvanecen. Pero Lola no se detuvo ahí, su último trabajo, Verano en diciembre, se estrenó solo una semana antes de su partida. Esta comedia dramática, escrita y dirigida por Carolina África, representa una extensión de su propia vida en la ficción.

Es conmovedor pensar que una película que la mostraba revitalizada y con la misma chispa de siempre se lanzó justo antes de que nos dejara. Esto nos hace reflexionar: ¿será posible que uno no se despida realmente si su arte sigue vivo?

Más que una actriz: un espíritu libre

Más allá de los galardones y los reconocimientos, lo que realmente marcó a Lola Cordón fue su personalidad. Por ejemplo, tras recibir el Premio Actúa en 2023 por su carrera artística, comentó: «Tristísimos. Esta madrugada nos ha dejado la actriz Lola Cordón. Una mujer moderna, simpática y talentosa». Esas palabras reflejan no solo su humildad, sino también la conexión que tenía con su oficio y su vida.

¿Quién no ha deseado ser un poco más como ella? Una mujer rompedora que no temía desafiar las normas y, a su vez, ser un faro de luz para quienes la rodeaban. Muchos de nosotros hemos aprendido a ser más auténticos al ver a alguien que vive su verdad sin miedo, aunque a veces, para ser honestos, da un poco de miedo ser tan valiente.

Las huellas que deja una leyenda

La Fundación de Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión (AISGE) ha lamentado profundamente su pérdida y ha resaltado su legado y su contribución al arte español. Uno de sus comentarios en Twitter simplemente decía: «Una mujer moderna, simpática y talentosa». Y es que, en verdad, su talento ha sido un regalo para todos nosotros.

La actuación es un espejo de nuestra sociedad, y Lola fue una observadora aguda de sus matices. ¿No podemos todos aprender un poco de la empatía y comprensión que exhibía? Su vida artística ha enseñado que cada emoción es válida, cada papel es una oportunidad para explorar distintas facetas de la experiencia humana.

El impacto de la cultura en nuestras vidas

La cultura y el arte tienen esta impresionante capacidad de moldear nuestra conciencia colectiva y fomentar la empatía. Cuando perdemos a alguien como Lola Cordón, también perdemos un poco de reflejo de nuestras propias vidas. Cada serie que vimos, cada personaje que amamos, llevaba un trocito de su esencia.

Y aquí es donde surge la pregunta: ¿qué legados estamos construyendo nosotros en nuestra propia vida? Muchas veces, entre la rutina diaria, olvidamos que nuestras acciones y personajes también cuentan una historia. Si bien Lola se dedicó a contar historias a través del arte, todos nosotros, de alguna manera, escribimos nuestro propio guion.

Reflexionando sobre el legado de Lola Cordón

Al mirar hacia atrás en la carrera de Lola, entendemos que su legado va más allá de los premios y las ovaciones. Ha dejado una lección importante sobre autenticidad, pasión y conexión. En un mundo donde nuestras pantallas nos distraen, su vida nos recuerda que es fundamental seguir nuestros verdaderos deseos sin miedo.

La industria del entretenimiento ha experimentado una transformación significativa en la última década, y artistas como Lola son recordatorios de lo que se ha perdido en este cambio: la esencia pura del arte como medio de reflexión y canal para las emociones. ¿Cómo estamos nosotros, como sociedad, preservando la huella que dejan figuras como ella? La respuesta es muy simple: celebrando su memoria, reviviendo su arte y recordando sus contribuciones.

Un homenaje a la actriz que fue

La despedida de Lola Cordón nos deja con un vacío en el corazón, pero también con una profunda gratitud por haber disfrutado de su talento. La vida es frágil, y cada día es una oportunidad para apreciar el arte que nos rodea. Así que, la próxima vez que te sientes a ver una serie o una película, piensa en la dedicación y el amor que hay detrás de cada actuación.

Lo más importante es que, aunque Lola ya no esté físicamente con nosotros, su legado seguirá vivo en cada guion que se escriba, en cada actuación que se dé y en cada corazón que fue tocado por su arte.

Lola, siempre estarás en nuestros recuerdos, como una de esas grandes actrices que supieron jugárselas por el arte y la humanidad. En este camino, todos aprendemos, y tú nos enseñaste que la vida es una representación continua de autenticidad y amor. Gracias por todo, y hasta siempre.