El 5 de noviembre de 2024 es una fecha que muchos recordarán como el día en que Donald Trump volvió a hacerse un hueco en el escenario político internacional. ¿Qué significa esta victoria para España y, en particular, para la escena política de la derecha? En este artículo, discutiremos las implicaciones de esta victoria, cómo los partidos políticos españoles, especialmente Vox y el PP, han reaccionado, y qué nos dice esto sobre el estado actual del panorama político en Europa.

La sonrisa gélida del PP y el champán en Vox

Cuando Trump ganó las elecciones en 2016, la reacción inicial de la derecha española fue de entusiasmo, pero este sentimiento ha tomado un giro dramático capitaneado por dos partidos principales: Vox y el Partido Popular (PP).

Vox, que se ha proclamado como el bastión del populismo de derecha en España, celebró la victoria como un renacer. El líder del partido, Santiago Abascal, no pudo ocultar su euforia. Para él, el regreso de Trump no solo es un motivo para abrir una botella de champán, sino también una validación de su propia agenda política extremista. Aquí podemos hacer una pausa: ¿no les resulta familiar a muchos de ustedes ver cómo un partido se aferra a la victoria de un líder extranjero para reforzar sus propias credenciales políticas? Es un juego viejo, pero eficaz.

Por otro lado, el PP, que durante muchos años se había posicionado como el partido moderado de la derecha en España, parece haberse enfrentado a una seria disyuntiva. Si por un lado, apoyar a Trump podría atraer a los votantes más radicales que se sienten olvidados, por otro, podría hacer que se alejen aquellos que prefieren una postura más templada y racional. En este sentido, su no tan sorprendente “sonrisa gélida” es casi palpable, ¿no creen?

Efectos en la política española: ¿una legitimización de las extremas derechas?

El regreso de Trump representa un sobresalto en el sistema político español. A medida que la figura de Trump se reconstituye como un símbolo del «nueva derecha”, hay que preguntarse: ¿realmente se recogen los frutos que siembran estas figuras extremas? La respuesta parece ser un “sí” rotundo. La victoria de Trump ha llevado a un nuevo ciclo de vituperios y polarización en la política europea, donde la retórica de Vox se siente más legitimada. Las amenazas de un «globalismo» que ha sido un tema recurrente en sus discursos ahora se escuchan con una resonancia renovada.

La normalización de voces extremas puede parecer atractiva a corto plazo, pero en el fondo, puede desdibujar la línea entre la política sana y la falta de civismo. Recordemos cómo en elecciones pasadas, los políticos optaron por el insulto y la provocación. Es curioso, ¿no creen?, que las mismas tácticas que solían ser consideradas «toxicidad» hoy se sienten casi obligatorias para ganar un voto.

Anécdotas de encuentros inesperados

Durante una reciente cena con amigos, descubrí que incluso en grupos que normalmente no se interesan en política, la victoria de Trump se mencionó con cierto desdén, pero también con un matiz de fascinación. Uno de mis amigos, un ferviente votante del PP, exclamó: “Primero fue Trump, y ahora qué, ¿Abascal al poder?” Sus palabras resonaron dentro de mí como un eco, y cuestioné: “¿Es realmente eso lo que queremos para España?”

En momentos como este, pienso que es fundamental mantener una conversación sincera. No se trata solo de si apoyamos o no a Vox, sino de lo que representa. ¿Estamos dispuestos a sacrificar la democracia y la convivencia por un voto? Es una pregunta que todos, de alguna manera, debemos hacernos.

El dilema moral: entre el poder y la ética

Al centrar nuestro enfoque en la política de la derecha en España, es conveniente considerar los posibles dilemas morales que surgen. Una victoria de figuras políticas extremas a menudo implica un costo. No solo en términos de política, sino también en el tejido social.

¿Qué ocurre en la vida cotidiana de los ciudadanos que no se alinean con las opiniones extremas? La agitación que se genera puede generar un entorno hostil y polarizador que, tal vez sin darnos cuenta, afecte nuestras interacciones diarias. No sé ustedes, pero no hay nada que me desanime más que una conversación que comienza con un grito y termina en un debate sobre cuántas especies de papas hay en Bolivia. (Sí, aunque suene absurdo, eso también ha pasado).

Es crucial enfocarnos no solo en lo que se dice, sino en cómo sus efectos se sienten en las calles, en las conversaciones de las mesas baratas de las cafeterías y en el ánimo de nuestros vecinos.

Impacto en la juventud y la cultura política

El regreso de Trump trae consigo un desafío especial: la marea de jóvenes que están empezando a formarse política y éticamente. Muchos de ellos, empapados por las redes sociales, se ven inmersos en un entorno en el que la desinformación vuela.

Vox ha sabido captar la atención de esta población utilizando memes y elementos virales, apalancando la cultura pop para difundir sus ideas. En mis paseos matutinos, me encuentro con más y más jóvenes que glorifican el nacionalismo y el integrismo, como si estuvieran en un reality show en lugar de en un país que ha luchado tanto por la diversidad y la inclusión.

Tristemente como suele suceder, en la cultura política moderna hay un fuerte vínculo entre el entretenimiento y la política. Es irónico, pero de alguna manera se siente que muchos prefieren un espectáculo a una conversación genuina. Pero, volvamos a preguntarnos: ¿es este el futuro que queremos para nuestras próximas generaciones?

La influencia de la inestabilidad internacional

Además de los factores internos, la situación internacional también juega un papel importante. Con las tensiones geopolíticas en auge y el temor a la inestabilidad, figuras como Trump logran atraer a aquellas personas que ven un líder autoritario como una solución viable. La pregunta persiste: ¿es realmente eso lo que queremos como sociedad?

Vox ha crecido alimentándose del miedo, algo que no es exclusivo de España, sino que se repite en todo el continente. En épocas de incertidumbre, quienes ofrecen soluciones rápidas, aunque extremas, parecen tener una ventaja. Así que, una vez más, nos vemos llevando el dilema: ¿qué preferimos, la estabilidad o la ética?

Reflexiones finales: el camino hacia adelante

El regreso de Trump ha marcado un nuevo capítulo en la historia política de España. La aparición de Vox como una fuerza consolidada ha llevado al PP a una encrucijada que podría configurar su futuro inmediato. ¿Serán capaces de adaptarse sin perder su esencia? Solo el tiempo lo dirá, pero también debemos reconocer que depende de nosotros como ciudadanos participar activamente en el diálogo abierto y honesto sobre el futuro.

La política es un campo que debe ser nutrido con más que retórica. Debemos ser proactivos en la promoción de ideologías que fomenten la inclusión y la diversidad. Además, la importancia de cuestionar nuestras propias inclinaciones políticas y entender su impacto en nuestro entorno es crucial.

Así que, ¿estás listo para abrir ese champán con Vox, o prefieres un momento de reflexión con el PP sobre las futuras elecciones? La elección es tuya.