Las elecciones en EE. UU. siempre han sido un campo de batalla político, pero en los últimos años, se han convertido en un espectáculo que rivaliza con los mejores dramas de Netflix. Desde la victoria de Joe Biden en 2020, una sombra se ha cernido sobre la política estadounidense: la famosa “gran mentira” de Donald Trump. Pero, ¿qué es exactamente esta gran mentira, y cómo ha influido en el paisaje político actual? En este artículo, exploraremos no solo el impacto de estos eventos, sino también el clima de desconfianza que ha proliferado y cómo este fenómeno ha transformado la manera en que los estadounidenses ven sus elecciones.

La sombra de la gran mentira

Es imposible hablar de la política reciente sin mencionar las palabras de Trump: “la gran mentira”. Para aquellos que han estado más ocupados tratando de recordar dónde dejaron las llaves de su coche, esta frase hace referencia a la insistencia del expresidente de que las elecciones de 2020 fueron robadas. Desde el 2020, una serie de eventos han demostrado que esto ha cruzado de ser una simple queja a convertirse en un movimiento todo un fenómeno en la esfera pública.

Un vistazo a Maricopa

Volvamos a Maricopa, Arizona, que se ha convertido en el epicentro de este fenómeno. Si has estado siguiendo las noticias, sabes que este condado fue un campo de batalla durante las elecciones de 2020. Recuerdo que, mientras otros disfrutaban de un café tranquilo en una terraza, yo estaba en la pantalla del televisor, observando las manifestaciones en Maricopa. Una multitud de personas –algunas armadas, otras simplemente con pancartas en mano– acampaba frente al centro de recuento de votos, en una exhibición de fervor político que parecía sacada de una película de acción.

Ahora, en 2024, ese centro ha sido fortificado. Imagínate una verja de dos metros de alto rodeando el lugar y agentes revisando tu mochila como si estuvieras a punto de entrar a un concierto de rock. ¡Vaya cambio! Como dice el refrán, “si el río suena, agua lleva”, y claro, aquí estamos viendo cómo la paranoia electoral se ha convertido en una nueva normalidad.

La estrategia de Kamala Harris

En los pasillos de la campaña electoral, el equipo de la vicepresidenta Kamala Harris está preparándose para una batalla que podría rivalizar con las mejores escenas de «Juego de Tronos». Según informes de NBC, hay un temor real de que Trump declare victoria incluso antes de que se cuenten todos los votos. ¿Te imaginas eso? El hombre que ocupa un lugar destacado en las redes sociales proclama su victoria mientras el resto del país todavía está en la fila para votar. ¡Un verdadero caso de «ganar en redes y perder en la vida real»!

Adrián Borunda, del Departamento de Elecciones de Maricopa, ha señalado que no se descarta que haya impugnaciones inmediatas tras los comicios. Ya lo hemos visto en el pasado, ¿no? Trump no ha tenido reparo en hacer sonar las campanas del caos cuando los resultados no le favorecen. Es como si estuviera dirigiendo una película y necesitara un nuevo guion cada vez que el desenlace no le agrada. La pregunta que nos queda es: ¿hasta dónde están dispuestos a llegar en esta nueva temporada del reality show político?

Las teorías conspirativas: de Pensilvania a Oregón

Y, por supuesto, el guion no se detiene en Arizona. Pensilvania, otro de los «swing states» cruciales, ha visto cómo los republicanos han presentado demandas para evitar que se cuenten miles de votos. Eso sí que es jugar con fuego. ¿Qué pasaría si en tu próximo juego de Monopoly decides que las reglas no se aplican cuando estás por perder? ¡Armagedón absoluto! Mientras tanto, Trump no escatima esfuerzos y se lanza a Twitter, o más bien a Truth Social, a alegar «trampas». Una palabra que ha tenido más repercusión en este ciclo electoral que cualquier otra.

Las conspiraciones no solo se han limitado a los espacios digitales. ¿Recuerdas la escena de los buzones de votación que ardieron en distintos estados? Literalmente, personas prendiendo fuego a esos recintos sagrados del voto. Aquí es donde la lucha por el discurso democrático se convierte en algo casi surrealista. ¿Es este el fin de la democracia digna de un Oscar? Al parecer, hay quienes lo consideran más un espectáculo de terror.

La voz de los asistentes

En medio de todo esto, están los seguidores. Durante un evento en Tempe, Arizona, Trump Jr. y otros influenciadores MAGA derramaron las teorías de fraude, alimentando a un público entusiasmado y preocupado. Ahí, entre ellos, estaba Karen, quien compartió un «preocupante» mensaje sobre inmigrantes indocumentados registrándose para votar. Lo más peculiar es que todos parecían dispuestos a creer que lo que había sido un acto de votación se había convertido en un fraude monumental.

Como alguien que ha discutido con amigos sobre la última película de Marvel y ha escuchado las más variadas teorías de conspiración sobre el universo, a veces me pregunto: ¿de verdad creen en lo que dicen? Tras todo este pletórico guion de desconfianza y teorías de conspiración, hay ciudadanos que dedican más tiempo a verificar la validez de su café de la mañana que a investigar sobre el sistema electoral. Y, la verdad, me causa cierta preocupación.

La divisoria entre la verdad y la ficción

Bajo la atmósfera de paranoia, no solo las demandas están en juego, sino también la vida y la seguridad de aquellos que trabajan en el sistema electoral. La intimidación ha aumentado drásticamente, y los empleados electorales han tenido que recibir formación no solo sobre procesos, sino también sobre cómo lidiar con crisis. Podemos adquirir habilidades para hacer una presentación en PowerPoint, pero ¿quién enseña a manejar a un grupo enojado el día de las elecciones? Esto es algo que, francamente, no debería pasar.

Las consecuencias del negacionismo electoral

La historia no se detiene ahí. Stephen Richer, un republicano que se atrevió a certificar un recuento limpio en Maricopa, se ha convertido en blanco de amenazas. ¡Qué triste y a la vez indignante! Esto es como ver a tus amigos discutir sobre qué pizza pedir y acabar sacando cuchillos en lugar de elegir. El negacionismo electoral ha llegado a niveles de escalofrío que, sinceramente, nunca imaginé que vería en Estados Unidos. Lo que debería ser un acto cívico saludable se ha visto transformado en un campo de batalla rodeado de desconfianza, aversión y amenazas.

La seguridad en las elecciones de 2024

En respuesta a toda esta crisis, las medidas de seguridad han crecido de forma exponencial. Se han implementado sistemas de vigilancia, patrullas de seguridad y un despliegue imponente de policias, incluso francotiradores en la noche de la elección. ¿Quién lo hubiera imaginado? No se trata solamente de un lugar donde depositar votos; es como un evento de alto nivel en un hotel de lujo, pero en lugar de un cóctel de celebración, tenemos el estrés de un proceso electoral bajo asedio.

Reflexiones finales: ¿hacia dónde vamos?

A medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, lo que antes era un mero proceso electoral se ha convertido en un escenario de tensiones emocionales y divisiones que parecen insalvables. La “gran mentira” de Trump ha sembrado una semilla de desconfianza que parece difícil de erradicar, creando un ambiente en el que el diálogo civilizado se ha vuelto casi una rareza. Pero aquí está la pregunta: ¿podremos volver a un punto en el que las elecciones sean vistas como una celebración democrática, en lugar de una guerra?

La honestidad y la transparencia son más cruciales que nunca. Mientras nos preparamos para lo que puede ser un ciclo electoral tumultuoso, debemos recordar la importancia de tener discusiones respetuosas y fundamentadas. Después de todo, es nuestro derecho y deber como ciudadanos. La batalla por la verdad en la política ha comenzado, y no podemos permitir que el miedo y las teorías conspirativas empañen el futuro de nuestra democracia.

¿Estás listo para crear un cambio? ¡Porque esto apenas comienza!